‘El Ciclón’, como se conoce a la escuadra blaugrana, vio la luz en Buenos Aires y en todos estos años ha atravesado la gran mayoría de circunstancias que un gran club puede vivir.
Actualmente, la fuerza que hace avanzar a la entidad es el corazón de sus hinchas, que conforman una de las grandes aficiones de Argentina. Uno de sus devotos más conocidos a nivel mundial es un bonaerense que reside en Roma, concretamente en la Ciudad del Vaticano, y que no es otro que el Papa Francisco.
El pontífice se ha declarado seguidor incondicional de San Lorenzo en multitud de ocasiones, un amor al que el club ha respondido con actos de distintas naturaleza. La última llegó con el ofrecimiento del Apertura conquistado por el equipo que dirigía Juan Antonio Pizzi a finales del pasado 2013. Así, un día después de que el Papa cumpliera 77 años, varios de los hombres más representativos de la plantilla y el cuerpo técnico entregaron una camiseta conmemorativa del triunfo, además de ofrecerle la copa.
En aquel simpático encuentro, los dirigentes de San Lorenzo pidieron a Francisco, como mínimo, volver a salir campeones cumpliendo, de este modo, con los plazos que marca su curiosa racha. Y es que el equipo vive sumido en un clico de victorias que se repite cada seis años en la competición doméstica argentina: desde 1995, San Lorenzo de Almagro ha logrado campeonar una vez por sexenio (1995, 2001, 2007 y 2013).
Como si de un pasaje bíblico se tratara, en la historia reciente de San Lorenzo existe una gran peregrinación, que dura ya casi 30 años. El estadio de ‘El Ciclón’ ha sido y será el conocido como Viejo Gasómetro, situado en el posteriormente llamado barrio de Boedo. La cancha dio por comenzada su historia en 1916, ocho años después de la fundación del club, al albergar el clásico entre el propio San Lorenzo y Estudiantes de La Plata, un choque en el que los locales consiguieron la primera de una larga lista de victorias.
En 1975, durante la Dictadura de Videla, el equipo fue ‘invitado’ a abandonar su casa para recalar en el que hasta hoy ha sido su nuevo feudo: el Pedro Bidegain, popularmente conocido como Nuevo Gasómetro. Tras años de peticiones y de acciones de los socios –llegaron a comprar metros cuadrados del terreno colindante al viejo campo– el exilio de los ‘cuervos’ pareció tocar a su fin cuando 15 de noviembre de 2013 la Ley de Restitución Histórica fue abolida, una medida que permitió hacer oficial la vuelta del club a la que fue su casa y en donde hoy en día tan solo hay un supermercado (Carrefour, para más señas).
En el año 2016, coincidiendo con el centenario de la inauguración del Viejo Gasómetro, San Lorenzo pretende poner fin a su largo viaje y poder seguir cumpliendo años junto a sus fieles, en las mismas tierras que una vez presenciaron el inicio de una pasión que va más allá de razas, géneros, edades o incluso religiones. Y si no, que se lo pregunten a un aficionado llamado Francisco.