“No entiendo bien lo que he conseguido”

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Cuenta Márquez, todavía con el mono de piel puesto, enfundado en esa camiseta conmemorativa que grita a los cuatro vientos que es, otra vez, campeón del mundo, que se quedó en blanco al cruzar la meta. “¡Si casi me salgo en la primera curva!”, ríe. El español le da un valor extraordinario a su segundo título en MotoGP, no tanto por el dominio apabullante, sino porque en su temporada de novato corría por pura diversión y no tenía ni la necesidad de ganar ni la exigencia con la que ha lidiado esta temporada al defender la corona. “Ganar el año pasado fue muy especial, pero para mí este, aunque a la gente le pueda parecer que ha sido fácil, me ha resultado mucho más difícil. He soportado mucha presión, la manejo bien, pero la he sentido más que nunca. La gente espera mucho de mí y eso pesa mucho”.

Pesó tanto que hasta confesó haberse sentido atenazado por los nervios por primera vez en la pista. “En las primeras vueltas estaba demasiado acobardado. Me podía la presión. Era una carrera difícil, porque era la primera oportunidad que tenía para ganar el Mundial. Pero también porque venía de Misano y Aragón y sabía que otro error este fin de semana no sería bueno para mi confianza. En la carrera no me sentía como siempre. Me pasaron un montón de pilotos en la primera curva”, reflexiona. Si bien el plan era el que se vio: no correr riesgos innecesarios, no aspirar al triunfo, sólo a batir a Rossi y Pedrosa, los únicos rivales que, según los cálculos, podían evitar su alirón.

Así se lo confesó a su madre, Roser, que se había quedado en casa, en Cervera, y con quien habló por primera vez a través de los micrófonos de Catalunya Ràdio:

- Mamá, ¡hoy me he portado bien!, relataba entusiasmado él poco después de bajarse del podio.

- ¡Hola, pulga! Has tenido conocimiento, ¿eh?

Y él concluyó: “Sí, te he hecho caso”. Le cuesta a Márquez horrores renunciar a la victoria. Pero lo hizo esta vez. Tenía cosas más importantes por las que preocuparse: “En cuanto pasé a Valentino, me olvidé de Jorge. Quizá en otra situación podría haberle seguido e intentado ganar, pero ese no era mi objetivo”.

Tenía que quedar bien delante de los jefes. No hacer locuras. No volver a fallar. Tenía que contentar a hombres como el presidente de Honda, Takanobu Ito, quien le había dicho que estaría este domingo en el circuito para verle ganar. “Cómo aprieta”, concedía entonces Márquez, a principio de semana. Por eso, cuando llegó al corralito, finalizada la carrera, estalló de júbilo: “Le vi allí y le di un gran abrazo, como si fuera uno de mis mecánicos. Creo que se sintió muy feliz”, dice incluso algo avergonzado por ese gesto tan espontáneo.

Con la misma frescura pilota y se expresa. “Siento que no entiendo bien lo que estoy consiguiendo. Es difícil asimilar que he ganado dos títulos. Y quiero más. Porque los pilotos siempre queremos más. Además, el año que viene tengo que mejorar mi rendimiento. Todavía estoy aprendiendo y en algunas cosas necesito mejorar”, confiesa. Está abrumado por el éxito, por las palabras de quienes han sido sus rivales: “La de Marc ha sido una temporada casi perfecta. Es tremendamente efectivo, agresivo, rápido y fuerte en el cuerpo a cuerpo”, dice Lorenzo. “Es rápido desde el principio, con cualquier moto. El año pasado me preguntaba cuánto podría mejorar y para nuestra desgracia ha afinado el estilo de pilotaje y las frenadas”, apunta Rossi. Y él responde: “Cuando yo estaba en 125cc y en Moto2 eran Jorge, Valentino y Dani los que ganaban. Y yo me fijaba en ellos. Estos dos años he seguido aprendiendo muchas cosas. Aunque el que más me impresiona es Vale, que es segundo en el Mundial, con 35 años, y sigue peleando hasta la última curva por retrasar el campeonato”.

Con él se le compara. Para llegar al dominio del italiano Márquez tiene que ganar todavía cinco títulos más en la categoría reina. Y sabe que le costará lo suyo. “En la carrera de un piloto lo más difícil es mantenerse arriba y no hacer una montaña rusa. Yo he podido hacerlo dos años, pero sé que es difícil mantener la exigencia, la preparación... Cuanto más pueda ganar, mejor, pero mi sueño ya se ha cumplido”, concluye.